Es muy frecuente, y más en los tiempos que corren, escuchar continuas quejas acerca de nuestro entorno (de los políticos, de los medios, de los políticos, de leyes injustas, de los políticos, de la economía, de los políticos, etc.) pero todo esto, a parte del desahogo personal que supone, no procura muchos más beneficios.

En la macrojornada de AER que se celebró en la Pobla del Duc con motivo de la presentación oficial de la asociación al público, surgieron en alguna de sus mesas redondas comentarios referidos a este aspecto, tales como que con la legislación actual emprender un negocio no es nada fácil, o que los políticos no tienen ninguna consciencia del panorama que se le presenta al ciudadano emprendedor. El ponente Cesar Mariel fue claro y rotundo contestando a una de estas cuestiones: simplemente no pienses en ello, porque no vale para nada, y además es lo que hay.

Y esto a mi juicio es lo mejor que podemos hacer. Adaptarnos al entorno y fortalecernos de los retos que nos surjan por el camino. Si asimilamos el entorno del emprendedor al llamado tradicionalmente entorno de la empresa, diferenciamos claramente dos niveles: el entorno general y el entorno inmediato. Entendiendo que el entorno de la empresa son “…todos aquellos elementos  y variables del exterior que interaccionan e influyen o pueden influir sobre ella, produciendo, directa o indirectamente, flujos económicos…” (Boquera Pérez, P.; 2011) encontraríamos en el entorno general el marco legal, la tecnología, la política, el entorno sociocultural y el entorno internacional. Todos ellos fuera del alcance de nuestro control, es el entorno que asumimos en el momento que decidimos iniciar una actividad en un lugar determinado. Cumpliremos la legislación vigente, adaptaremos nuestro negocio y la forma de llevarlo a cabo al entorno sociocultural, etc.

En el entorno inmediato encontraríamos aquellos factores sobre los que acaso tendríamos cierto grado de control, como son clientes, proveedores, instituciones financieras, etc. y el margen de actuación es más bien estrecho. Sin embargo, la forma en la que utilicemos los datos de que disponemos del entorno inmediato condicionará una mejor o peor estrategia empresarial.

En cualquier caso, hemos de saber que aunque no podamos modificar ese entorno general que tanto nos enerva en ocasiones, sí podemos actuar de forma coherente con nuestros valores y creencias, y poner ese grano de arena que facilite el cambio, sin obsesionarse con el resultado, tal como recuerda nuestra presidenta en todas sus intervenciones públicas: “piensa globalmente, actúa localmente”

 

rafavillarraso

Soy Arquitecto Técnico de TecniAT , donde realizamos principalmente licencias de aperturas de negocios, certificados de eficiencia energética y estudios de licitación.

A parte de la arquitectura y el diseño me encanta cualquier otra actividad creativa como tocar la guitarra, escribir o dibujar.